La enmienda 14
La Enmienda 14, ratificada en 1868 en el periodo posterior a la Guerra Civil, tuvo como objetivo primordial garantizar la igualdad de derechos y la protección legal a los esclavos recién liberados. Sus secciones clave, particularmente la Cláusula de Privilegios e Inmunidades, la Cláusula del Debido Proceso y la Cláusula de Igual Protección, buscaban impedir que los estados menoscabaran los derechos de los ciudadanos y asegurar que todos estuvieran sujetos a las mismas leyes y protecciones. El lenguaje de la Sección 1 comienza con una frase fundamental: “Todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos y sujetas a su jurisdicción son ciudadanos de los Estados Unidos y del Estado en el que residen”. Es el uso del término “persona” lo que, con el tiempo, generaría un intenso debate.
Plot Twist: Corporaciones como “Personas Jurídicas”
Aunque la intención original de la Enmienda 14 era proteger los derechos de los individuos, específicamente de los afroamericanos liberados, la interpretación judicial posterior amplió su alcance de manera significativa. Uno de los puntos de inflexión, fue el caso Santa Clara County v. Southern Pacific Railroad Company (1886). Si bien la decisión de la Corte Suprema en sí no resolvió directamente si las corporaciones eran “personas” bajo la Enmienda 14, el relator del caso incluyó una “nota al pie” (headnote) en el sumario oficial indicando que el Presidente de la Corte, Morrison Waite, había declarado antes de los argumentos orales que la Corte no necesitaba escuchar argumentos sobre si la Enmienda 14 se aplicaba a las corporaciones, porque ya asumían que sí lo hacía.
Esta nota al pie, que técnicamente no formaba parte de la decisión vinculante de la Corte, fue crucial. Sentó un precedente informal que fue utilizado en casos posteriores para argumentar que las corporaciones, como “personas jurídicas” o artificiales creadas por la ley, tenían derecho a ciertas protecciones constitucionales diseñadas originalmente para personas físicas.
Es importante entender que la idea de las corporaciones como entidades con ciertos derechos no surgió completamente de la nada con Santa Clara. Casos anteriores, como el célebre caso Trustees of Dartmouth College v. Woodward (1819), ya habían establecido que el estatuto constitutivo de una corporación era un contrato que no podía ser unilateralmente modificado por un estado, invocando la Cláusula Contractual de la Constitución original (Artículo I, Sección 10). Este fallo sentó las bases para considerar a las corporaciones como entidades con una existencia y derechos separados de sus miembros individuales
La Evolución de los Derechos Corporativos bajo la Enmienda 14
Tras Santa Clara, la doctrina de que las corporaciones son “personas” a efectos de ciertas protecciones constitucionales bajo la Enmienda 14 fue afianzándose a través de una serie de fallos de la Corte Suprema. Si bien no se les han concedido todos los derechos de las personas físicas (por ejemplo, no tienen derecho al voto o a la autoinculpación bajo la Quinta Enmienda), sí se les han extendido derechos fundamentales como:
- El Debido Proceso: Las corporaciones tienen derecho a un proceso legal justo si el gobierno intenta privarlas de propiedad o libertad (en un sentido comercial o regulatorio).
- La Igual Protección de las Leyes: Los estados no pueden discriminar arbitrariamente entre corporaciones o entre corporaciones e individuos sin una justificación racional (y en algunos casos, un escrutinio más estricto).
- Protecciones contra la expropiación sin justa compensación: Bajo la Quinta Enmienda (aplicada a los estados a través de la Enmienda 14), las corporaciones están protegidas contra la toma de su propiedad por parte del gobierno sin una compensación adecuada.
Casos Contemporáneos que ejemplifican el Debate:
El debate sobre la personalidad corporativa y sus derechos ha sido central en varios casos recientes de la Corte Suprema:
- Citizens United v. FEC (2010): Quizás el caso más sonado en los últimos años. La Corte dictaminó que las corporaciones y los sindicatos tienen derecho a la libertad de expresión bajo la Primera Enmienda y, por lo tanto, el gobierno no puede prohibirles realizar gastos independientes en las comunicaciones políticas (como anuncios de televisión o radio) en apoyo u oposición a un candidato. Este fallo desató una enorme controversia sobre el papel del dinero corporativo en la política.
- Burwell v. Hobby Lobby Stores, Inc. (2014): En este caso, la Corte sostuvo que ciertas corporaciones privadas con fines de lucro podían invocar la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa (Religious Freedom Restoration Act, RFRA) para negarse a proporcionar cobertura de seguro médico para ciertos métodos anticonceptivos a sus empleados, basándose en las objeciones religiosas de los dueños. Este fallo extendió la idea de que las corporaciones podían ejercer derechos relacionados con la libertad religiosa.
Estos casos subrayan cómo la interpretación de la “personalidad” corporativa bajo la Enmienda 14 (y su interrelación con otras enmiendas como la Primera) continúa expandiendo el alcance de los derechos corporativos, generando un intenso debate sobre el equilibrio entre el poder corporativo, los derechos individuales y el interés público.
En conclusión, la evolución de la interpretación de la Enmienda 14 para incluir a las corporaciones como “personas” a efectos de ciertas protecciones constitucionales es un ejemplo notable de cómo la ley se adapta y se reinterpreta con el tiempo, a menudo con consecuencias imprevistas. Lo que comenzó como una enmienda para proteger a los individuos de la opresión estatal se ha convertido en la base para un debate fundamental sobre el papel y los derechos de las poderosas entidades corporativas en la sociedad estadounidense. El equilibrio entre fomentar la actividad económica a través de la forma corporativa y proteger los derechos y la soberanía de los ciudadanos sigue siendo un desafío legal y filosófico de gran envergadura.
Link al fallo SCOTUS